viernes, 9 de julio de 2010

Tritón alpino

Como ya vimos en la entrada anterior, a poco que nos fijemos en una masa de agua podremos descubrir mucha vida. Uno de los personajes de la escena "charquil" es el Tritón alpino (Mesotriton alpestris).

Juvenil de tritón alpino en el P.N. Callados de Asón

Se trata de una especie con una distribución exclusivamente europea. En la Península Ibérica tiene una distribución restringida a la Cornisa Cantábrica. Se distribuye desde el oeste de Asturias hasta las sierras del oeste de Navarra. También existe una población en la Sierra de Guadarrama cuyo origen se debe a una introducción más o menos reciente de ejemplares procedentes de la Cordillera Cantábrica (ARANO et al., 1991).


Todas las poblaciones ibéricas se incluyen en la subespecie M. a. cyreni, una forma endémica bien diferenciada del resto de poblaciones europeas tanto por rasgos morfológicos como moleculares (ARANO & ARNTZEN, 1987; HERRERO et al., 1989). Según datos genéticos, existen dos grupos poblacionales dentro de esta subespecie, uno oriental, que incluiría las poblaciones navarras, guipuzcoanas y del este de Álava, y otro occidental, que abarcaría al resto de poblaciones (ARANO et al., 1991).


Puede encontrarse en diversos tipos de hábitat, desde pastizales hasta bosques de hayas o robles. No es especialmente exigente en cuanto a su lugar de reproducción. Se encuentra en aguas tranquilas, inclu- yendo pozas de arroyos y lagos de alta montaña, pero también ocupa charcas temporales, fuentes, abrevaderos y marismas. La especie ocupa principalmente zonas de alta y media montaña, alcanzando los 2.200 m en la Cordillera Cantábrica, pero sin embargo también se la puede encuentrar prácticamente al nivel del mar en como en el caso de las Marismas de Parayas.


Está catalogado como Vulnerable en España ya que es un tritón poco abundante en el territorio nacional, aunque puede alcanzar grandes densidades localmente.


La nitrificación y eutrofización de las aguas, junto a la desecación estival de las charcas a causa de la alta presión antrópico, suponen las amenaszas más frecuentes.


Algunas de las medidas que podrían ayudar a la conservación de la especie podrían ser el cierre perimetral de lagunas y charcar para evitar el pisoteo, adecuación de los niveles de agua en los abrevaderos para que los ejemplares puedan salir y entrar sin problemas y sobretodo respetarlos.



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