Con el buen tiempo de estos días apetece ir a dar una vuelta por los arenales de Cantabria. La luz del atardecer crea un mágico contraste entre el azul del mar, el amarillo de la arena y el verde de las plantas dunares. Este equilibrio cromático se rompe con algunas de las plantas invasoras que encontramos aferradas en la arena.
La uña de gato (Carpobrotus edulis) es una planta de la familia Aizoaceae. Su porte es rastrero y craso, y tiene tendencia a expandirse vegetativamente por grandes superficies. Tolera muy bien la salinidad, y por ello fue introducida en España para fijar dunas móviles.
Esta especie desplaza otras de carácter autóctono y produce el agotamiento de los suelos por su gran producción de biomasa.
Cada vez es más común en la costa, encontrándonos grandes extensiones verdes llenas de flores. Su aspecto es bonito, incluso llamativo, lo que hace que la gente recoja esquejes para plantar en su casa, propagándola aún más.
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